Autor: Jean Lafrance | Fuente: Catholic.net
La oración de abandono
La oración se parece a la amistad, primero se comunican muchos pensamientos y sentimientos y, poco a poco, las palabras disminuyen para mantenerse en un profundo silencio ante el otro
El progreso en la oración es el de un continuo empobrecimiento. Mientras que en los demás órdenes el progreso se da en la adquisición de nuevos conocimientos, en la oración todo termina por reducirse a una sola intuición o a algunas palabras repetidas indefinidamente. Por ejemplo, el puro sentimiento e la presencia de Dios te mantiene en silencio a lo largo de toda tu oración, o murmuras durante horas una sola invocación como la oración de Jesús. |
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1. El Dios del diálogo Dios se revela a ti, como a Moisés, como fuego, es decir como algo que tú no puedes tomar ni retener en tus manos.
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2. Maravíllate ante Dios que te habla Él no cesa de reanudar el diálogo que tú has interrumpido.
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3. El deseo de conocer más a Dios La señal de que has empezado a conocer a Dios no se encuentra en las ideas que tienes sobre él o en el gozo de la oración, sino en el ardiente deseo de conocerle más.
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4. Acercate a Dios con un corazón de discípulo En la oración, acercate más a Dios que no te aparta del mundo real, sino que te hace más presente dentro de él.
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5. La mirada de amor Dios descansa sobre ti En la oración, siente la felicidad de existir y vivir por la mirada de amor que Dios hace descansar sobre ti.
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6. Dios es quien vuelve su rostro hacia ti La verdadera oración empieza el día en que se descubre esa mirada de amor, pero para ello es necesario que Dios ilumine los ojos del corazón.
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7. Cuando Dios te ama, cambia lo más profundo de tu ser El amor de Dios para contigo es una palabra eficaz, operante, que transforma lo más profundo de tu ser.
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8. Dios te llama por tu nombre Para Dios eres único, tiene para ti un nombre particular, con el mayor cariño y misericordia.
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9. La oración, cara a cara con Dios La verdadera alegría es estar allí, delante de Él y experimentar su presencia.
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10. Tú estás delante de Dios Dios está atento a tu queja, escucha, oye, está cerca, acoge, te da audiencia
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11. Tú estás con Dios En la actitud del que está delante, que es escuchado y tomado en consideración.
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12. Tú estás en Dios Cree en la presencia de la Santísima Trinidad en ti, aunque no experimentes ninguna resonancia sensible de ella.
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13. Dios se revela a tí El fondo del misterio del diálogo de la oración, es la presencia de Dios en ti. Si puedes estar en Dios, es porque él ha querido estar en ti.
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14. No eres tú el que suplica a Dios que venga a ti Es Dios quien te suplica que quieras abrirle tu corazón y tus manos para acoger a su Hijo Jesús.
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15. Es preciso dejarte amar, dejarte hacer por Dios El no espera de ti más que una cosa: que te dejes llevar
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16. El amor de Dios se plasma en Jesucristo Es preciso que este conocimiento de la presencia de Cristo eche profundas raíces en ti.
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17. Conoces tus faltas, pero no tienes sentido del pecado Esto es obra de una revelación de Dios. Antes de pensar en examinarte, piensa sobre todo en orar.
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18. La mirada de amor de Cristo desanima tu pecado El descubrir tu pecado es mucho menos importante que descubrir el amor de Cristo.
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19. La presencia de Cristo aparta la presencia de Satanás Satanás puede transformarse en ángel de luz y presentarse como un bien que existe en ti como el único fin de tu existencia.
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20. Dios no desprecia un corazón contrito Te conviertes de verdad el día en que experimentas como Pedro las lágrimas de la contrición.
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21. Déjate encontrar por Cristo, es la gracia de las gracias No eres tú el que le busca, es Él quien se te quiere revelar.
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22. Dichoso tú si llegas a contraer la enfermedad de Jesucristo Cristo ha dejado su rostro en tu corazón hasta el punto de que tu vida no tendría sentido sin Él.
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23. "Me consagro y me entrego a Jesucristo Pedirlo con una oración intensa, el deseo y la voluntad de responder al amor de Jesús entregándote por entero a Él.
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24. Jesucristo se une a ti en el punto en el que se perfila tu vida. Por muy bien que conozcas la "obra" de Jesucristo, si no es para ti el Salvador, no tienes fe.
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25. Jesucristo colma todas las aspiraciones humanas La comunión, la alegría, y la santidad que te ofrece Jesús supera infinitamente tu espera de hombre.
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26. En Jesucristo. tu vida adquiere consistencia y solidez Encuentras tu unidad el día en que colocas tu centro de gravedad en Dios.
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27. Seguir a Jesucristo, es entrar en el misterio de la Cruz Sólo se conoce a Jesús comprometiéndose a seguirle.
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28. Seguir a Cristo, es entrar en un mundo al revés Empieza a amar a tus hermanos hasta sentirlos iguales a ti: entonces este amor te llevará muy lejos.
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29. No te dejes encadenar por ninguna cosa, guarda tu corazón para amar al Señor Las posees legítimamente pero en el fondo de tu corazón se libre ante Dios respecto de ellas.
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30 "Toma a tu hijo, a tu único, al que amas... Abandonarte como un niño en los brazos de Dios, amándole lo suficiente para ser feliz con sólo su voluntad.
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31. "¿Me he hecho como un niño?" Ve al Padre con corazón de niño. No lleves nada, no es necesario. Deja que sea Él quien ponga todo. Tú solo dale tu tiempo y tu miseria.
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32. María es pobre pero llena de la riqueza de Dios Qué grande fue la alegría de María cuando descubrió que era amada por Dios: "¡Alégrate, llena de gracia!".
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33. Ser cristiano, es estar abierto al Padre y a los demás En la oración, déjate identificar con Cristo que es tu relación con el Padre y con los hombres.
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34. Ora para que descubras la voluntad de Dios sobre ti Padre mío, me abandono a Ti, cualquier cosa que hagas de mí, te doy las gracias, estoy pronto para todo, acepto todo.
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35. Deja que tu corazón descanse en la paz de Dios La paz y la alegría son siempre las señales de la acción de Dios en ti.
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36. Dios no te abandona cuando te pide una elección espiritual Dios quiere que escuches una llamada personal y una voluntad concreta.
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37. El camino de San Pedro en la fe, es el tuyo En el itinerario de Pedro, leerás tu propia experiencia: en la confesión de fe de Cesarea, su actitud en la Pasión y la confesión de amor después de la Resurrección.
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39. Tu vida tiene un valor eterno en Cristo Crucificado Integrado en el Cuerpo de Cristo muerto y resucitado, tu vida adquiere un valor eterno.
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40. En la Eucaristía descubre el profundo amor de Cristo A través del pan y del vino derramado, descubre el compromiso profundo de Cristo que entrega su cuerpo y derrama su sangre por los hombres.
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41. ¿Para qué he sido creado, quién soy yo? En el cielo recibirás la respuesta con tu nombre nuevo, pero será siempre un secreto entre Dios y tú.
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Directorio de contemplativos Libro para la Oración de contemplación. Breve doctrina para alcanzar la vida verdadera que nos lleve a la semejanza y unión espiritual con Dios.
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